jueves, 5 de mayo de 2011

Casas que se miden por hectáreas

Mucho más que viviendas. Son las fincas rústicas. Casas en el campo rodeadas de hectáreas anexas -desde decenas hasta miles- y cuyo valor a veces resulta casi incalculable. Un exclusivo mercado, también zarandeado por la crisis, que llama a las puertas de la intermediación profesionalizada como "propiedades capricho" y "de negocio". Un lujo inmobiliario que no se mide en metros cuadrados sino en hectáreas y en el que se llega a valorar más la calidad de sus piezas de caza que sus áreas de ocio.
Juan Fraile, responsable de Gilmar Fincas Rústicas. | I. G. N. Juan Fraile, responsable de Gilmar Fincas Rústicas. | I. G. N.
Gilmar Consulting Inmobiliario se ha convertido en la primera compañía importante a nivel nacional en impulsar un departamento especializado en estos inmuebles. "A raíz de una fuerte demanda, Gilmar hace una gran apuesta por este segmento, que ha existido siempre pero que estaba en manos de corredores y el boca a boca. El resultado es muy positivo. El mercado se mueve", dice Juan Fraile, responsable de Gilmar Fincas Rústicas.
Fraile califica este mercado como "muy limitado" y "centralizado" -centro y sur de la península-. El "secretismo", según Fraile, es otra de las palabras que va ligada a este sector: "las fincas rústicas suelen pertenecer a personas muy relevantes". Esta escasa oferta unida a propietarios de postín se traduce en precios desorbitados. "El valor de estos inmuebles puede ir desde un millón al infinito, 80, 90, 100..., y lo que más se mira es su extensión".
Estas propiedades se dividen en tres tipos: de recreo, agrícolas y cinegéticas. "Además, la mayoría tiene un punto en común: son casas negocio, directa o indirectamente", señala Fraile. Éste aclara que mientras las de recreo pueden destinarse a eventos sociales o importantes reuniones de trabajo, las agrícolas y cinegéticas producen ingresos por su producción o por organizar costosas monterías. "Lo normal es que estas fincas se autofinancien e incluso den beneficios", indica.
SU VIVIENDA pone cara a este desconocido y acotado sector con una finca próxima a Toledo. Como la mayoría, cuenta con vivienda principal, en este caso tipo palacete, casa de guardeses y varias naves, entre otras instalaciones. Un ejemplo de propiedad de ocio que además dispone de una pista de pádel y piscina y que está envuelta en una explotación de 2.200 olivos. Por sus jardines han paseado grandes fortunas a nivel mundial.
Fachada de la casa principal, tipo palacete, de la finca rústica de Toledo. | I. G. N. Fachada de la casa principal, tipo palacete, de la finca rústica de Toledo. | I. G. N.
"Esta finca reúne las principales características de estos inmuebles: varias edificaciones, buena vivienda, tierras, jardín con estanque y ríos, etc. Aquí el metro cuadrado no importa", dice Fraile, que recuerda que lo más espectacular que ha visto es un circuito de coches como zona de ocio -"un pequeño Jaramita"- y una pista de aterrizaje. "Estas casas pueden tener de todo. No hay problema espacial".
Al igual que el sector residencial, las fincas rústicas también vivieron su 'boom' y sus precios han sufrido un severo ajuste que está sirviendo, sin embargo, para avivar las compraventas. "Su valor se infló una barbaridad y los precios de hoy no tienen nada que ver con los de hace cuatro o cinco años. Los potenciales compradores lo saben y de ahí que este mercado esté tan animado".
En este sentido, el principal foco de la demanda proviene de importantes empresarios nacionales, aunque en la cartera de Gilmar destaca uno por encima del resto, el multimillonario dubaití Sulaiman Al-Fahim. "Al-Fahim está buscando fincas de recreo y de caza en la zona sur, cerca de la playa. Sin duda, éste es un filón muy importante".
Y como en todo mercado, éste también tiene sus 'pepitas de oro'. "Si en el sector residencial La Moraleja y La Finca es lo más cotizado, aquí lo más de lo más está en el olivar de Jaén y en las cercanías de Madrid capital".
Fuente: http://www.elmundo.es/

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